Se trata de un documental cinematográfico de largo metraje, cuyo título ya se convierte en un curioso enigma: Los soldados judíos de Hitler (Hitlers jüdische Soldaten). Filmado por un equipo alemán, con libreto y dirección de Heike Mundzeck, se apoya mayormente en las investigaciones genealógicas emprendidas por el historiador norteamericano Bryan Mark Rigg. Desde comienzos de la década del 90, Rigg (un egresado de la Universidad de Yale) comenzó a explorar los antecedentes de su familia germano-americana. Le llamó la atención que algunos de sus parientes habían muerto en el campo de Auschwitz, pero otros habían servido en la Wehrmacht, el ejército del Tercer Reich. Entonces resolvió profundizar su investigación. La s conclusiones que sacó de ese trabajo podrán sorprender a unos cuantos. Porque Rigg comprobó finalmente que unos 150 mil judíos sirvieron en las fuerzas armadas de la Alemania hitleriana. Claro que -según las clasificaciones de las leyes raciales de Nuremberg- se trataba de "medio" judíos, o de "un cuarto" de judíos, según tuvieran un abuelo, dos abuelos o tres abuelos de esa ascendencia. Entre esos judíos militarizados, Rigg encontró a muchos que llegaron a obtener destacadas condecoraciones por su comportamiento en los frentes de batalla. El libro que escribió entonces, "Hitler´s Jewish Soldiers: The Untold Story of Nazi Racial Laws and Men of Jewish Descent in the German Military", habla de los judíos en el ejército alemán e incluye abundantes referencias a la Primera Guerra Mundial, donde hubo oficiales superiores, generales y almirantes de sangre judía. El propio Hitler había recibido en 1915 la Cruz de Hierro de Primera Clase, gracias a la recomendación formulada por su superior, el teniente Hugo Gutmann, que era judío. En 1940, Gutmann acompañado de su mujer y sus hijos pudo emigrar a Estados Unidos y allí -según el historiador Werner Maser -recibió una pensión pagada por el Tercer Reich hasta el final de la guerra, beneficio logrado mediante la intervención de Hitler en persona. Esa curiosidad debe anotarse entre las ironías y contradicciones del régimen nazi, donde también figuraron los Befreiungs-schreiben (Pases Libres) firmados por el propio Führer, que permitían a los judíos con distinguida foja militar eludir la deportación y la muerte en los campos, junto con sus mujeres y demás familiares. En una categoría aparte aparecen -siempre en la recopilación realizada por Rigg -los judíos que adoptaron otra identidad para integrar el ejército y hasta simular una afiliación al nazismo, como ocurrió en el caso real de Shlomo Perel (oculto bajo el nombre de Josef Perjell) que peleó en el frente oriental y cuya increíble historia fue relatada en cine por la directora Agnieszka Holland en 1990 (Europa, Europa, también conocida como Hitler junge Salomon). Ahora, en el material seleccionado para "Los soldados judíos de Hitler", Mundzeck y Rigg incluyen "historias personales donde el cinismo con que los nazis implementaron su política de arianizacion, deja al espectador sin aliento". Sería interesante que esa película documental, cuyo friso histórico incluye declaraciones de sobrevivientes y testigos directos de la época, y que tuvo rodaje en varias ciudades alemanas y en Dallas (Texas) llegara a una distribución internacional y pudiera ser vista por aquí.
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miércoles, julio 04, 2007
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